“Ahora estoy en una comunidad, como lo es San Luis del Palmar, que también peregrina ya hace muchos años. Y recordando un poco mi estadía por Itá Ibaté en esta fecha, quería hacerles llegar mis saludos a todos los peregrinos; tanto los que caminan, los que van a caballo, y también los que van por agua. Los recuerdos son muchos para mí que recién llegaba a la comunidad, tenía que hacerme cargo de muchas cosas de la que no estaba preparado”.

“Ahora tampoco estoy preparado para comprender esto de la peregrinación de los pueblos hacia la casa de la Madre, creo que es algo así como cualquier hijo que vuelve a su casa junto a su madre, la madre; al reencuentro de sus raíces más profundas de su ser”.

Como siempre digo, cada uno lleva consigo su historia a cuesta, en la espalda. Historia que es la de todos los días, de lucha, de trabajo, de esperanzas.

“Por eso ésta peregrinación, debe ser para que al encuentro con la madre, sea para recobrar esas cosas que hemos aprendido "en casa", eso que nos enseñaron nuestro padres mayores, mayores para los que hoy son los padres para unos, para otros son los abuelos, para otros los bis-abuelos. Porque creo que es la familia la que va a hacer posible salvar a la sociedad de muchos males que está viviendo. Por eso digo:

Peregrino del Cielo vas llevando amores,

con la fe, la esperanza, caridad fraternal.

Peregrino que llevas hecha el alma jirones,

vas llevando dolores a tu dulce Mamá.

Peregrino que buscas agua fresca que calma,

a tu sed de justicia, esa paz en el alma.

Peregrino del cielo, contra toda esperanza,

La Itatí es la carpa donde esperas el mañana.

“Espero tengan una buena caminata, no se trata de llegar primero, se trata más bien de caminar juntos, o de caminar hasta donde nos den las fuerzas,  o el alma. Se trata de saber más bien de saber caminar con el otro y no contra el otro; se trata pedir ayuda y no de sentirse que todo lo puedo. Muchas bendiciones, saludos a todos. Recen por mí”. Padre Bernardo.