Esta edición fue un motivo providencial para estar junto a nuestra madre, la Virgen de Itatí, movido por esa fe inquebrantable que tienes los peregrinos de estas dos comunidades, que partieron, Berón de Astrada con su párroco Guillermo González e Itá Ibaté con el padre Víctor José Aranda.

Kilómetros de ruta caminaron en dos días para llegar al pie de la Virgen morena para agradecer los dones recibidos, otros para cumplir una promesa, algunos para pedir por un familiar o trabajo, rezar por la salud de un enfermo y tantas otras circunstancias, seguramente volvieron renovados en su fe, con espíritu de esperanza que todo vaya mejor.

La hermosa devoción de Ntra. Señora de Itatí, despierta a estas comunidades a caminar todos los años en el mes de julio para estar al lado de ella, que como madre siempre atenta para que no falte el pan en nuestras vidas.

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