Pero no, ayer en horas de la siesta un grupo de persona convocado por el intendente Walter Almirón con la anuencia del Párroco Víctor José Aranda, estaban ahí para bajar de su sitial la obra más impresionante del pueblo cristiano, cuando finalmente lo lograron quedó sobre el suelo donde hace 22 años fue entronizado.

El informe proporcionado por Elisa Itatí Martínez, restauradora, y Julio Mac Donald, escultor señalaron severos e irreversibles daños en la imagen escultórica del Cristo de la Hermandad, por lo que la restauración sería imposible y sugieren exhibir la mencionada talla original en un predio a resguardo de las inclemencias climáticas y convocar a un escultor la réplica del mismo con todos los recaudos necesarios, asegurando de esta manera, este legado llegue a generaciones futuras, permitiendo mantenerla el mayor tiempo posible, en una condición estable.

Es difícil escribir la crónica por los aspectos de la situación, ver la imagen silenciosa tendida en el suelo con el brazo izquierdo destrozado envuelto en papel film toca el corazón, es posible que nos lleve a cada uno a meditar de acuerdo a nuestras creencias y vaya paradoja del destino, ocurre en esta época de pandemia donde el Covid -19 nos tiene confinados

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