Por tratarse de un bien estratégico, proponemos que el gobierno impulse los pasos necesarios para transformar a Vicentin en una empresa pública no estatal bajo control político y social. Hacemos este pronunciamiento frente al hecho objetivo de que en el marco de la pandemia y la emergencia sanitaria, los grupos concentrados del poder económico cocinan maniobras contrarias a los intereses nacionales y populares. Para poner a la Argentina de pie necesitamos una Vicentin que sea una empresa pública testigo del comercio exterior y de la producción de alimentos.

Como Central de Trabajadores y Trabajadoras, esperamos que la expropiación de Vicentin sirva para mantener los puestos de trabajo y garantizar que todas las familias puedan tener acceso a una alimentación saludable, así como terminar con la especulación financiera, la fuga de capitales y blanquear el comercio exterior en un sector tan clave como el de los granos y los cereales.