Miércoles, 18 Septiembre 2024 22:51

La fiesta del Señor y Virgen del Milagro en la capilla del Padre Mario

PARAJE TORO PICHAY EN EL DEPARTAMENTO DE BERÓN DE ASTRADA

Miércoles, 18 de septiembre de 2024

Este domingo 15 de septiembre la familia del Padre Mario realizó una fiesta solemne, con una misa celebrada por el párroco Padre Antonio Cardozo, en el día del Señor y Virgen del Milagro, cumpliendo un legado de él, que falleció el 23 de septiembre de 2023, dejándole una profunda devoción por estos dos Santos.

 

Su hermana María Luisa al dialogar con el Muelle señaló “La imagen del Señor y la Virgen del Milagro, trajimos de Salta, una amiga de mi hermano le regaló durante que él estaba internado en Salta, cuando empezó con su problema de salud, hicimos una promesa que teníamos que ir a visitar la catedral de la Virgen del Milagro y el Señor del Milagro”.

 

 

“Mi hermano me dice hermana que hacemos, gastamos para ir hasta Salta o gastamos para levantar una capilla en el patio de nuestra casa y así fue”.

 

“Mi hermano Mario fue un misionero que misionó por todos los lugares rurales para levantar capilla, cuando veía capillas carenciadas o caídas, él tuvo esa gentileza o valentía de caminar por las casas y pedir ayuda, colaboración para poder levantar las capillas, hay un banner que tenemos acá donde él está en un algodonal por clavar una Virgen de Lujan, era una capilla que estaba toda caída y él fue a levantar, es la capilla San José Obrero en Charata”.

 

 

“Durante su estadía en Quilmes era la tercera capilla que levantó, ahora está semi terminada la capilla Perpetua del Socorro, la comunidad de ese lugar lo están terminando la capilla del Padre Mario”.

“Mi hermano Mario dejó un montón de cosas por hacer, pero estamos nosotros para poder hacer lo que ya no pudo realizarlo porque cumplió su ciclo, ya partió porque seguramente Dios lo eligió para hacer otras cosas con el”.

 

 

“Soy la hermana que camino por todo lado, trabajo, vendos numeritos, bono, comencé hacer la capilla, él cuando estaba muy enfermo la capilla estaba por empezar, él diseño su propia capilla durante su problema de salud, durante su tratamiento, ahora la capilla está semi terminada, me está faltando muchas cosas por hacer, me falta armar el altar, me falta que el Padre Antonio me vaya guiando para ver lo que tengo que hacer en la capilla. Estoy muy agradecida con todas las comunidades”.

 

 

Luisa al recordar la niñez con su hermano expresó “Mi hermano de chico ya comenzaba armar su propio santo de las botellitas de ginebra, le ornamentaba, le colocaba flores, corona. La botellitas de ginebra parecía la Virgen para él, así comenzó, luego empezó a entrar en la iglesia hacer monaguillo, conocía mucho a los sacerdotes y le quería un montón a mi hermano. De chiquito mi hermano quería ser sacerdote, así comenzó a encaminar su rumbo, termino su secundaria e ingresó al seminario”.

 

María Luisa junto a su esposo, hermano y sobrinas


 

“Cuando se consagró viajó a Polonia y desde allí me llamó, yo sorprendida porque no sabía, le digo, qué haces ahí hermanito, vengo a formarme acá, porque después tengo que ir hasta el Vaticano y de ahí a Machupicho, a Bolivia luego a San Pedro a la congregación donde estuvo cinco años haciendo su congregación en su querido San Pedro, después pasó a San Vicente, en Charata estuvo ocho años, después se enfermó, viajó para Quilmes en la Parroquia Virgen de Lourdes”

 

Padre Antonio Cardozo


“Hemos celebrado una misa en honor a la Virgen y el Señor del Milagro, estamos cumpliendo casi un año de esta capilla, surgió como iniciativa del Padre Mario que ya partió a la casa de Dios, ahora el 23 de septiembre va hace un año de su partida”.

“Compartiendo con la zona de Toro Pichay, durante el años venimos a celebrar misas y ahora esta fiesta patronal, porque tiene como patrono al Señor y a la señora del Milagro, muy contento, muchas personas conocidas, que estuvo presente con el Padre Mario, el pueblo le conoce porque es oriundo de acá y muy querido”.

 

 

“En la homilía les contaba que esto de andar y de recorrer las capillas, un poco producto de él, estuvimos compartiendo desde el 2021 cuando comencé mi actividad pastoral y lo vi a él muy animado y cuando supe que él recorría las capillas y celebrar las misas me animo mucho hacer esa misma actividad, porque yo un poco más restringido mi servicio, quería hacerlo más tranquilo, pero vi su tarea misionera de él y vi los frutos que él cosechaba a través de esa misión de recorrer los lugares, entonces tome esa iniciativa, rece también para que pueda hacerlo con mucha entrega. Así fue, así lo sigue haciendo hasta a el día de hoy “

 

 

Señor y Virgen del Milagro es una advocación católica, venerada en la ciudad de Salta, provincia de Salta, norte de la República Argentina.

El origen de las imágenes se remonta al año 1592, época en que el obispo del Tucumán Francisco de Victoria concretara la donación al pueblo de Salta de la imagen de un cristo crucificado de tamaño natural cuyo destino sería la iglesia matriz de Salta y de una inmaculada concepción (Virgen del Rosario) para la ciudad de Córdoba. La llegada a tierras americanas de ambas imágenes y los hechos posteriores sucedidos luego de los terremotos de 1692 fueron, según los relatos, auténticamente milagrosos.

 


Historia

 

Aproximadamente diez años después de la fundación de la ciudad de Salta, el 19 de junio de 1592, se divisaron dos grandes cajones flotando sobre las aguas del Océano Pacífico, en las cercanías del puerto del Callao en Perú. Uno de los cajones traía grabado a fuego la frase «Una virgen del Rosario para el convento de predicadores de la ciudad de Córdoba», hoy Convento de Santo Domingo, y el otro «Un cristo crucificado para la iglesia matriz de la ciudad de Salta», imágenes barrocas (de la Escuela Castellana) que eran enviadas por el antiguo Obispo del Tucumán Fray Francisco de Victoria, que estuvo presente en la fundación de la ciudad. Jamás se supo qué embarcación las trajo desde España ni qué fue del mismo.

 

 

Una vez transportadas en procesión hasta Lima, la capital de Perú, el virrey García Hurtado de Mendoza ordenó que se cumpliera el mandato y la voluntad del Obispo Vitoria. De modo que las imágenes fueron cargadas a lomo de mula y transportadas aproximadamente 2800 km por el viejo Camino del Inca, dejando en Salta el cristo correspondiente y continuando la peregrinación con destino a la ciudad de Córdoba.

 

 

En Salta, las imágenes cuya autoría se atribuyen a Juan Martínez Montañés, fueron recibidas con entusiasmo en el llamado desde entonces Campo de la Cruz y, luego de un solemne oficio religioso, ubicaron el cristo crucificado en el altar de las ánimas —o sacristía de la iglesia matriz— donde fue olvidado por largo tiempo.

 

Luego de 100 años de la llegada de la imagen a Salta, exactamente a las 10 de la mañana del 13 de septiembre de 1692, un gran temblor sacudió la ciudad de Esteco, que quedó definitivamente arruinada, por lo que poco más tarde sería despoblada. El sismo fue también percibido en Salta, donde causó grandes daños, aunque no tan graves como en Esteco.

 

 

En la Iglesia Matriz de Salta se encontraba una imagen de la Inmaculada, que posteriormente se llamaría «Virgen del Milagro», propiedad de una familia asentada en estos solares, que la había dejado por unos días —desde la festividad de la Natividad de la Virgen María el día 8 de septiembre— en un nicho superior del altar, a unos tres metros de altura aproximadamente. Cuenta la tradición, que los asustados salteños pensaron que su ciudad sería destruida, pero los daños no fueron tan graves; en cambio, el templo había sufrido graves daños. Al ingresar al templo, se encontró la imagen de la Virgen en el suelo, a los pies del Cristo, como si lo mirara en actitud orante, sin que sufriera ningún daño en su rostro ni manos, pese al gran tamaño de la imagen y la altura desde la cual había caído. Los colores del rostro habían cambiado, quedando pardo y macilento. Este hecho fue interpretado como una súplica e intercesión de la Virgen ante su Hijo, con el resultado de los escasos daños sufridos por la ciudad.

 

 

La imagen fue llevada a la casa del alcalde Bernardo Diez Zambrano donde fue exhibida toda la noche y rodeada de orantes. Al día siguiente, la imagen fue colocada en el exterior de la Iglesia Matriz, para que todos la pudieran venerar. Allí se confirmó que los colores del rostro seguían cambiando.

Los temblores de tierra continuaron, aunque con menos intensidad. Uno de los Padres de la Compañía de Jesús, José Carrión, afligido por la situación sintió una voz, con toda claridad, que le decía «mientras no sacasen al Cristo en procesión, no cesarían los terremotos».1​ El sacerdote se dirigió urgentemente a comunicar el mensaje recibido. Los padres jesuitas recordaron la imagen enviada por Vitoria, entraron al templo y bajándola con mucha dificultad la acomodaron en andas que sirvieron para sacarla al atrio de la derruida iglesia, liberando del encierro la imagen luego de un siglo entero. La colocaron frente a la iglesia que la Compañía de Jesús tenía en el centro de la ciudad, y el pueblo acudió al templo con antorchas encendidas. Las campanas llamaron a penitencia y la imagen fue sacada en procesión por los fieles salteños, con el ruego de que cesaran los temblores.

 

 

Al amanecer del día 15 la tierra dejó de temblar, aunque volvió a estremecerse a la noche, en medio de procesiones y rogativas. Al cesar los estremecimientos, el día 16 renació la calma y con ella se comenzó a hablar del «milagro». Días más tarde se tuvo noticias de la destrucción de Esteco, lo cual aumentó la magnitud del «milagro» obrado por la Virgen y el Señor de la iglesia de Salta.

Una nueva historia empezaba para estas sencillas imágenes y para los salteños, que conservan hasta hoy su culto y su devoción.

 

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