Daiana Marisol Castillo guainita de la XIVº Festival Provincial de la Tradición y Artesanía
GERARDO ROMERO DE CAÁ CATÍ, EL ZAPATEADOR
Lunes 1 de Febrero de 2016
Miles de personas asistieron anoche al cierre de la edición Nº XIV del Festival de la Tradición y Artesanía que contó con la presencia de la Madre de Dios, Ntra. Sra. de Itatí. Como todos los años llega al predio para cubrir con su manto celestial al público, cantores, conjuntos y bailarines. La imagen del Santo Ángel Protector de San Miguel Arcángel acompañó a la de la Virgen María.
Pasado un poquito la una de la mañana ya del lunes 1 de febrero ingresaron al escenario mayor San Miguel Arcángel la Intendente Alicia Beatriz González, el Vice intendente Ricardo Meneses y el Concejal José María Dejesús, para entregar las distinciones y premios a la Guanita Daiana Marisol Castillo, oriunda de la localidad y al zapateador Gerardo Romero de Caá Catí, que fueron elegidos por un jurado. También los artesanos tuvieron sus reconocimientos, recibiendo diploma por parte de las autoridades municipales.
Jorge Handwerker tuvo la responsabilidad de conducir las dos noches de esta tradicional fiesta que convocó a miles de personas venidas de distintas parte de la provincia y del país, que se acercaron para disfrutar de voces consagradas y de artistas locales con trayectoria en el género.
UN POCO DE HISTORIA
El origen del Festival Provincial de la Tradición y Artesanía, data de los primeros años de la década del 70, se dice que el primer festival de la tradición de carácter inter-barrial se realizó en el Promocentro, con los barrios Rincón Florido, Sol Naciente, Bravo, Progreso y Centro.
Anteriormente ya en las escuelas, cada 11 de noviembre alumnos y docentes recordaban el Día de la Tradición. En El año 1967 se realizó uno de los primeros espectáculos folclóricos público, en la plaza 9 de julio, actualmente complejo polideportivo a cargo de estudiantes secundarios dirigidos por la docente Cristina “Titina” Báez.
En esa misma época surgió la Peña Iberá Poty, conformada por jóvenes estudiantes y profesionales (en su mayoría docentes), con el fin de defender y difundir la cultura folclórica.
En 1976 la municipalidad se hace cargo de la organización del festival, realizándose desde entonces y hasta la actualidad en el complejo polideportivo.
El recitado, el sapukay, las ropas tradicionales, el zapateo, los carros tirados por caballos paseando por el pueblo a las guainitas, los canticos de aliento de cada barrio, el fanatismo, los ensayos en patios de tierras y los pedidos de permisos a cargo de una señora mayor a los padres de las bailarinas para los ensayos, fueron las características del momento.
Los organizadores y responsables de esta fiesta quedaron satisfecho con la repercusión y éxito que tuvo este año el evento, que un principio se vio amenazado por la inclemencia del tiempo. Lo destacable fue la juventud que con su frescura y pasión durante las dos noches frente al escenario dieron muestra de sus dotes, excelencia, capacidad de baile y el sentir de la tradición.
Adelante juventud, está sana costumbre perdurará a lo largo de los años, porque ese bello legado que han recibido les fue transmitido por tradición.