Estamos celebrando la fiesta, la solemnidad de San Luis Gonzaga, un joven, cuando tenía toda la potencialidades de la vida decidió jugar el todo por el todo y ser totalmente autentico y original. No queriendo seguir lo que por ahí tenía marcado en la vida que era el hecho de ser un famoso guerrero. Sin embargo el prefirió tener un tesoro mucho más grande que los trofeos de guerra.

Entonces estamos hablando de una persona que se juega el todo por el todo, en medio, hoy una realidad social de la cual cuesta encontrarnos persona que se juegue el todo por el todo. Principalmente el jugarnos por la verdad, por el bien.

San Luis Gonzaga nos viene hablar que lo valioso es lo que llevamos dentro, no lo que nos quieran imponer desde afuera. Ejemplo clarísimo, el espectáculo maravilloso que dan hoy los políticos.

Esta semana era un manjar ver cómo era un vira poncho de un lado para otro. Yo no sé si eso habla de una autenticidad y que muchas veces nosotros. No por criticar. Por eso nosotros seguimos esas conductas y son malas socialmente. Que no nos podemos dar el lujo de seguir así, sin convicciones.

Por cualquier cosa damos vuelta y entonces viene una corriente de pensamiento que no tiene fundamentos sociales, tampoco científicos y vienen con corriente de: hay que matar a los niños aunque sean engendrados.

Si no estamos convencidos de la vida que tenemos. Ojo porque, eso a los que nos enfrentamos, porque nosotros pensamos que un niño abortado ¿No nos afecta? Ustedes piensan que somos inhumanos. Si que nos afecta. Nos afecta cuando una mujer es golpeada, si que nos afecta socialmente.

Nos afectas cuando cada día vemos la ola de corrupción, de mentira. Que muchas veces estamos enfrentando y nos afecta, porque después pensamos que todo es lo mismo. No todo es lo mismo.

Por eso hay que acallar a la iglesia, hay que acallar aquellos que trabajan bien. Porque díganme, un buen profesional socialmente se cansa muchas veces de ser el único que quiere jugarse por todo por el todo. Pero no hay que cansarse, atesorar tesoros en el cielo, no aquí.

Capaz que acá nos defenestren, nos perjudiquen, nos injurien, nos calumnien, nos difamen, cuando hacemos el bien.

Pero es preferible hacer el bien antes que optar por otras convicciones que no son nuestras. De eso nos habla San Luis Gonzaga, un joven que, siendo joven con toda la promesa de la vida. Dijo, no yo quiero jugarme del todo por el todo, ahí está nuestro testimonio. Entonces el ejemplo que no viene a dar para que nosotros transformemos nuestra vida.

San Luis Gonzaga, siendo joven atacó una malaria tremenda donde él estaba, el era jesuita, como jesuita comenzó a atender a todos, convencido de algo. Nada puede lastimarme, nada puede enfermarme. Porque es verdad. Para los que nos jugamos el todo por el todo, nada nos puede lastimar y dañar. Porque somos convencidos de que en la vida hay que jugarse el todo por el todo. 24 años tenía y perdió la vida entregándolo todo hasta su propia salud, su propia vida porque se la jugó el todo por el todo.

Querida comunidad, este santo jovencito así como los vemos. No se pasó mirando la cruz. Pasó mirando la cruz de sus hermanos que estaban dolientes y enfermos. Ahí estaba la cruz de Cristo.
Qué lindo es que cada uno de nosotros en este día de San Luis Gonzaga miremos la cruz de Cristo en el hermano. Que muchas veces está en nuestra propia familia, en incomprensiones, en ruptura familiares, en peleas. Porque nosotros nos está costando llegar ser el entendimiento para el otro.

La cruz del hermano pobre, que por ahí no tiene el techo, la comida y que soy un convencido. Si entre todos no nos ayudamos, no salimos de esto. Si entre todos no nos damos la mano, no hay mano salvadora política. No existe. Saquémonos de la cabeza. Acá tenemos que volver de nuevo a ayudarnos, a darnos la mano, volver de nuevo a nuestra huertitas, volver de nuevo que estas manos no han nacido para ser estériles, sino para poder meterle garra en el trabajo. Sin eso no salimos, ahí está nuestra cruz. Esa Cruz que mira Luis, es la cruz de todos los días que tengo que enfrentarme, en mi familia, en mi vecino, en tanto de mi comunidad que, en ellos tengo que animarme a verle a Cristo.

En este día de San Luis Gonzaga, que lindo, que cada uno de nosotros nos animemos entre todos a poder darnos cuenta de que tenemos que jugarnos el todo por el todo. No hay otra, pidámosle a él la fuerza para esto.

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