Lunes, 23 Marzo 2020 21:44

En el mismo lugar donde la ruta 5 tuerce su destino, vive Cirila

Matias Geneyro

Lunes, 23 de marzo de 2020

En el mismo lugar donde la ruta 5 tuerce su destino, vive Cirila, una curva ubicada a 8 km de Caá Catí, en el corazón del Paraje Capillita.

 

Es de siesta, y al llegar la vemos bajo un limonero con una madera en sus manos, golpeando un gran bollo de almidón colgando, al que llama tatú, y más al centro del patio, aprovechando el día despejado, sobre una larga mesa de 15 metros, reposan más de 20 kilos de almidón.

¿CÓMO PREPARAR UN HORNO?

Mate en mano se encuentran Cirila, su mamá y su vecina casi de madrugada en el medio del patio, cantan los pájaros y es hora de despertar a los niños, que después del desayuno, comienzan a colaborar con la construcción del horno familiar. Se acercan los materiales al lugar elegido, en medio de dos naranjos en flor, las tres mujeres comienzan a amasar el barro despacio, los niños acercan agua, se suben a las sillas y pasan los ladrillos, la forma la van dando entre todos.

La tarea se termina al mediodía y la tierra está fresca aún, es hora de preparar el almuerzo y la masa para el chipá que va a ser el bautismo del horno que ocupa la escena central, al que lo han soñado mucho tiempo y al fin está listo. Llega la tarde, se han quedado todos bajo los naranjos mirando cómo el barro se seca, los chipá calientes van saliendo en las fuentes, la ronda está hecha, el mate tiene marcelitas y un aroma a almidón la tarde.

 

 Fotos gentileza

 

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