El dirigente, afín al espectro camporista y crítico del «albertismo», ganó notoriedad el año pasado al mostrarse como fiel defensor de las tomas de tierras. «El que dice que ocupar es delito, miente», expresó en septiembre de 2020, cuando en el país entero comenzó a debatirse sobre la ocupación de terrenos, teniendo a Guernica (Buenos Aires) como epicentro controversial.

Con estos antecedentes, los vecinos de Esquina notaron el andar organizado de integrantes de la agrupación por la localidad del Suroeste correntino. Y no fueron pocos los que ocuparon las redes para remarcar el temor.

Es que a muchos les quedó en la retina las maniobras de Grabois y su movimiento, que tuvo su punto cúlmine (o interregno) cuando que se instalaron en un campo de Las Margaritas SA, en Entre Ríos, propiedad del ex ministro de Agricultura de la Nación, Luis Miguel Etchevehere.
«Nuestra posición es clara y la decimos a cara descubierta: toda familia que se mete en un terreno lo hace por necesidad. No hay ninguna otra explicación. Esas familias son víctimas, no culpables. Llamarlos delincuentes es una bajeza moral y una claudicación ideológica», había manifestado el dirigente durante los meses que duró la tensión política y social frente a la avanzada okupa.

Así fue que tanto en Facebook como en Instagram, no fueron pocos los esquinenses que se animaron a publicar fotos advirtiendo una cabecera de playa de la gente de Grabois.

«Sin darnos cuenta, la agrupación de Grabois ya está en Esquina», señaló uno de los posteos. Otro apuntó a las autoridades locales: «Que el Intendente de Esquina dé explicaciones de qué hace la agrupación de Grabois acá».

El tenor de estas publicaciones evidenció la preocupación de parte de la comunidad, la cual llegó hasta las esferas más altas del Gobierno provincial, desde donde comenzaron a supervisar la zona para que no se traduzca en una movida parecida a las sucedidas en Buenos Aires y Entre Ríos. Aunque reconocieron lejos estaría de suceder, pero de todas formas, consideraron necesario prevenir.