La unción de la fórmula Valdés-Braillard representa por ende un buen augurio para distintos espacios entre los que se incluye la corriente peronista que, aun en su peor momento, respalda al presidente Alberto Fernández. Esto porque una de las cartas más taquilleras del actual jefe del Estado Nacional ha sido su eclecticismo, mérito adquirido a partir de su buena relación con gobernadores de distinto signo político, entre los que figura el máximo ganador de las elecciones correntinas.

Es probable que, por estas horas, Alberto sienta la secreta satisfacción de que un gobernador radical con el que supo construir puentes interpartidarios para alcanzar objetivos comunes en tiempos de pandemia (el plan de vacunación por ejemplo) haya quitado del medio a una formación de matriz netamente cristinista encabezada por dos ultras como Fabián Ríos y “Pitín” Aragón.

La moderación del albertismo recibe a este Gustavo Valdés ganador como un actor político amigable que, por su ductilidad para los acuerdos programáticos, contribuirá a conservar el espacio de diálogo que la Casa Rosada logró generar con otros referentes opositores como el gobernador jujeño, Gerardo Morales.

En la Unión Cívica Radical, por supuesto, también celebran el aplastante resultado de ECO. Para el partido de Alem, el brillo de esta victoria sobrepasa el significado simbólico de los 20 años de triunfos ininterrumpidos de la UCR correntina, pues instala en el firmamento de las figuras más expectantes a un cuadro político con amplísimas posibilidades de escalar en el escenario nacional.

Dentro de dos años, cuando se abra la oportunidad de presentar una alternativa superadora a la gestión de los Fernández, la UCR tendrá en sus filas una propuesta de recambio de insoslayable atractivo, con Manes y Valdés entre sus exponentes más sobresalientes.

Lo mismo cabe decir para Cambiemos. En especial en la coyuntura, pues el arrasador guarismo cosechado por el gobernador correntino funge como viento de cola para las posibilidades de la alianza opositora en las elecciones primarias del 12 de septiembre. El triunfo histórico que acaba de conquistar Gustavo Valdés es también una dosis de poción mágica para fortalecer a los candidatos cambiemistas camino a las Paso, dentro de dos semanas.