A LOS HÉROES IGNORADOS

El 28 de enero, mi mujer y yo dimos positivos para Covid 19. Nos hicimos tomografía computada que mostró una pequeña lesión en uno de los pulmones de ella y en mi caso una lesión discretamente mayor. Los médicos nos aconsejaron que ella hiciera su aislamiento en nuestro domicilio y a mí, la internación en el Hospital de Campaña.

En este punto debo aclarar, que en mi ignorancia más supina, sumada a alguna campaña de desprestigio, consideraba al Hospital de Campaña, casi como la antesala de la muerte, donde sólo sobrevivía el enfermo leve o el tocado por la mano divina. Así que, se imaginarán mi estado de ánimo cuando me asignaron una cama en la sala de Clínica Médica en la Sala AG3.

Me sorprendió DE INMEDIATO La limpieza, la calidad de las camas algunas de ellas con control electrónico de movimiento y las sábanas y fundas recién cambiadas y pulcrísimas.
Hay que tener en cuenta que el paciente que llega ahí, se siente en la soledad más absoluta y con la sensación de abandono total. Especialmente como en mi caso, con la doble preocupación de mi mujer aislada en casa.

Esa sala tiene aproximadamente 25 camas, en ese momento llena y en mi primera impresión me vino a la memoria la imagen de los hospitales de la segunda guerra, especialmente uno que ví en una película del frente ruso.

Con el pasar de las horas y cuando comencé la interacción con mis vecinos, me encontré con algunos colegas médicos, el Dr. Nestor Fontán, siempre solícito y generoso, el Dr. Daniel Scheinkman, conocidos de toda la vida; y a quien le debo mi paz, aún en la adversidad de haber ido empeorando, me aconsejaba y acompañaba, el Dr. José Garay, neumonólogo de ley, que aún enfermo, se dedicaba a darnos apoyo a los que más lo necesitabamos; un bioquímico saladeño, entrañable, generoso y solidario (el Dr. Pellegrini), Guille Cenoz, compañero de trabajo en TC 2000…..y José, otro saladeño de ley, chamamecero él, quien tenía para todos una palabra de aliento.

Susana, mi mujer, estuvo aislada siete días en nuestra casa y al no obtener mejoría y tomografía computada de por medio decidieron internarla en la sala de Clínica Médica de mujeres, donde luego de la administración de suero equino, los controles de rutina y toda la batería de medicación profiláctica , luego de 7 días de internación fue dada de alta.

Todo lo relatado no pasaría de ser una historia de vida resumida a algunos días. Si no hubiera estado contenida dentro de este hospital tan particular, el HOSPITAL DE CAMPAÑA (así con mayúsculas).

Quiero hacer una salvedad…creo que no hubiera sobrevivido si no hubiera sido tocado por la gracia de Dios de vivir en Corrientes. Sobre todo después de enterarme, lo que sucede en provincias aledañas (Formosa, Chaco;) Santiago de Estero, etc.

Lo que verdaderamente quiero destacar es la extraordinaria inversión en equipamiento, insumos médicos, construcción de quirófanos y Unidades de Terapia Intensiva, equipos de telemedicina, insumos informáticos y capacitación profesional por parte del Gobierno de la Provincia de Corrientes, de lo que puedo atestiguar por haberlo visto con mis propios ojos. Soy especialista en diagnóstico por imágenes y conozco perfectamente los costos. Se puede decir sin temor a equivocarnos que… “LA SALUD NO TIENE PRECIO, PERO LA MEDICINA TIENE UN COSTO”, y en este caso bien pagado está.

Quiero agradecer al Gobernador de la Provincia de Corrientes, Gustavo Valdés, y a su equipo de Salud lo que han hecho por su Pueblo.

Un especial agradecimiento y toda mi admiración y respeto a todo el personal del Hospital, desde los mucamos, enfermeras y enfermeros, a los que servían las comidas, de los que me sorprendió su calidez en el trato con los pacientes su actitud respetuosa y su calidad humana, psicólogos, kinesiólogas (con un agradecimiento muy especial a Charo Escobar, quien después de trabajar arduamente con cada uno de nosotros en la rehabilitación respiratoria, se daba el tiempo para deleitarnos con un chamamé bien sentido que con sólo oírla nos curaba de toda dolencia), y a los médicos, que a pesar de estar sobrepasados de trabajo siempre tenían un tiempo para escucharnos e intentar la solución de nuestros problemas.

Tengo un especial reconocimiento al Dr. Fernando Achinelli, quien a pesar de su trabajo abrumador, se daba el tiempo para contestar mis llamados a cualquier hora, con su característica humildad, que es la humildad de los sabios, sabiendo escuchar y dando siempre la respuesta adecuada.

Cuando finalmente, el 11/2, el hisopado faríngeo PCR fue negativo se decidió mi derivación al Servicio de Clínica Médica , Sección Neumonología del Hospital Vidal, donde me trataron como un paciente VIP desde mi internación hasta el alta médica; el Jefe de Servicio Dr. Damián Pomares a pesar de estar cumpliendo su burbuja, me visitó el día de mi internación y estuvimos en contacto telefónicamente todos los días que duró la misma, siempre apoyándome y tratando de hacer mi estadía más agradable y placentera, la Dra. Cristina Reyes Armúa, sus Médicos Residentes y todo el personal de enfermería con su proverbial calidez humana, que tanto han hecho por mi mejoría clínica y espiritual.

Para terminar mi historia, hoy estoy en mi casa, aún con oxígeno y con kinesioterapia de rehabilitación respiratoria, mejorando día a día, con la esperanza de abandonar la oxigenoterapia en breve y tratar de ser una mejor persona en honor al AMOR que me brindaron los HÉROES ANÓNIMOS, sin esperar aplausos y a tanta gente que me lo manifestó.

A TODOS ELLOS, NUESTRO AGRADECIMIENTO ETERNO!!!

Guillermo Jorge Pepe
Susana M. Cunha Ferré

Médico – MP 375.
DNI 5.703.275